Traidora

Creo que a lo largo de estos escritos se puede percibir muy bien la depresión que me estaba consumiendo. No es que se haya ido del todo pero ahora me acompaña en el piso de abajo más que querer estar sentada encima de mi.

Parte de ello es que mis circunstancias de vida han cambiado radicalmente: ya no me siento la promesa rota, ahora soy un miembro productivo de esta sociedad consumidora de engranajes humanos.
Ayudó mucho el apoyo de mi (ahora) prometida, también como salirme de casa de mis padres y así poder rendir mucho mucho mejor en los estudios. Misteriosamente volví a tener calificaciones muy buenas, después de reprobar todo lo que se me cruzara en el camino. 
En el trabajo y la "vida real" pues pasó lo que se esperaba de mi, que rindiera bien. por fin somos inges.

Quizá lo que me generó mucho ruido en un inicio fue que mi industria no es biotecnológica como me hubiera gustado o que decidí no ser investigadora. Durante un tiempo sentí que me estaba traicionando a mi misma pero a veces puede más el querer comer caliente tres veces al día que hacer una investigación para poder mantener mi beca, esperanzada de que quizá algún día sí podré investigar lo que me gusta de verdad. Le vendí mi alma al sistema de gestión de calidad y no me ha ido mal. 
Efectivamente, decidí adormecer todo el desmadre que traía siempre conmigo para poder vivir en paz.

 Releerme es catártico de cierta forma. Me llena de cringe y risa a la vez, a veces me da ternura lo inocente que uno puede ser a los 16 y de como me juré que sería un cambio, que viviría diferente cuando no tenía ni la menor idea del infierno que se aproximaba. 
Es extraño pero no cambiaría la paz que tengo ahora en mi vida por lo que quería que fuera mi vida ¿eso me hace ser una traidora conmigo misma? 

Cuando tenía 16, leí una frase que en ese momento no entendí "los adultos dejamos atrás los sueños para poder sobrevivir", suena a una completa basura ¿no? pero no se me ocurre algo más real que eso.

Comentarios

Entradas populares