De pequeñas luces

Ese año decidieron que seria una increible idea hacer la reunión en un cerro lleno de bosque. Un cerro neblinoso que parecia sacado de una película donde seguro matan a alguien. Ademas en época de lluvias.

En ese cerro estabamos tan aislados que no habia señal de celular. Y para colmo empezó a llover como solo ahi podría. En Morelia siempre llueve como si el cielo quisiera ahogarlos a todos. Parece que podría llover por meses enteros y hace un frio que cala hasta los huesos cuando llueve. Pero eso nunca detiene la reunión y tampoco nunca detiene a los chamacos de acabar enlodados hasta las cejas jugando futbol.
El lugar con todo y lluvia era ameno y habia cabañas para la gente que deseaba quedarse a dormir. Hasta eso no era tan rustico. Platicamos toda la tarde, medio muriendonos de frio, medio tomando cerveza y medio cuidando que nadie se fuera a partir su madre resbalandose en el lodazal.

Cuando comenzó a caer la tarde, dejo de llover y pudimos caminar un rato. Al irse lo poco que quedaba de luz natural, comenzaron los ruidos del bosque. Unos caminos trazados comenzaron a ilumniarse con pequeñas luces como las de las series de navidad. Mi mamá se acercó a mi y me las señaló:

- ¿Ya te fijaste?
- Si, tienen iluminado el camino. Que modernos.
- ... - Me volteó a ver con una expresión extrañadisima y entonces soltó una carcajada - Dul, son luciernagas
- ¡¿Qué?!

Entonces fue cuando me empecé a fijar más y vi como flotaban las luces.

Esa era la primera vez que veía luciernagas reales en mi vida.

Comentarios

Entradas populares